Superficies de la tierra
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Biosfera
La temperatura de la superficie terrestre (LST) es la temperatura radiativa de la superficie terrestre, medida en la dirección del sensor remoto. Se estima a partir de las temperaturas de brillo de la parte superior de la atmósfera de los canales espectrales infrarrojos de una constelación de satélites geoestacionarios (Meteosat de segunda generación, GOES, MTSAT/Himawari). Su estimación depende además del albedo, la cubierta vegetal y la humedad del suelo.
La LST es una mezcla de las temperaturas de la vegetación y del suelo desnudo. Dado que ambas responden rápidamente a los cambios en la radiación solar entrante debido a las modificaciones de la cubierta de nubes y de la carga de aerosoles y a la variación diurna de la iluminación, la LST muestra también variaciones rápidas. A su vez, la LST influye en la partición de energía entre el suelo y la vegetación, y determina la temperatura del aire en superficie.
Freitas, S. C. ; Trigo, I. ; Macedo, J. ; Barroso, C. ; Silva, R. ; Perdigao, R. Land Surface Temperature from multiple geostationary satellites. International Journal of Remote Sensing 2013, Vol 34, 3051-3068.
Modelos de superficie terrestreclimática
Los efectos de la superficie terrestre sobre el clima son muy variados y varían según la región. La deforestación y la explotación de los paisajes naturales desempeñan un papel importante. Algunos de estos cambios ambientales son similares a los causados por los efectos del calentamiento global[1][2][3].
Los principales cambios en la superficie terrestre que afectan al clima son la deforestación (especialmente en las zonas tropicales),[4][5][6][7][8] y la destrucción de praderas y bosques xéricos por sobrepastoreo o falta de pastoreo. Estos cambios en el paisaje natural reducen la evapotranspiración, y por tanto el vapor de agua, en la atmósfera, limitando las nubes y las precipitaciones. Se ha propuesto, en la revista Atmospheric Chemistry and Physics, que las tasas de evaporación de las zonas boscosas pueden superar a las de los océanos, creando zonas de baja presión, que potencian el desarrollo de tormentas y precipitaciones mediante el reciclaje de la humedad atmosférica. [El Instituto Americano de Ciencias Biológicas publicó un artículo similar en apoyo de este concepto en 2009[10]. Además, con la deforestación y/o la destrucción de los pastizales, la cantidad de rocío cosechado (o condensado) por las plantas disminuye enormemente[11][12][13] Todo esto contribuye a la desertificación en estas regiones.
Procesos de la superficie terrestre
Los efectos de la superficie terrestre sobre el clima son amplios y varían según la región. La deforestación y la explotación de los paisajes naturales desempeñan un papel importante. Algunos de estos cambios ambientales son similares a los causados por los efectos del calentamiento global[1][2][3].
Los principales cambios en la superficie terrestre que afectan al clima son la deforestación (especialmente en las zonas tropicales),[4][5][6][7][8] y la destrucción de praderas y bosques xéricos por sobrepastoreo o falta de pastoreo. Estos cambios en el paisaje natural reducen la evapotranspiración, y por tanto el vapor de agua, en la atmósfera, limitando las nubes y las precipitaciones. Se ha propuesto, en la revista Atmospheric Chemistry and Physics, que las tasas de evaporación de las zonas boscosas pueden superar a las de los océanos, creando zonas de baja presión, que potencian el desarrollo de tormentas y precipitaciones mediante el reciclaje de la humedad atmosférica. [El Instituto Americano de Ciencias Biológicas publicó un artículo similar en apoyo de este concepto en 2009[10]. Además, con la deforestación y/o la destrucción de los pastizales, la cantidad de rocío cosechado (o condensado) por las plantas disminuye enormemente[11][12][13] Todo esto contribuye a la desertificación en estas regiones.
Modelo de superficie terrestre
Los efectos de la superficie terrestre sobre el clima son muy variados y varían según la región. La deforestación y la explotación de los paisajes naturales desempeñan un papel importante. Algunos de estos cambios ambientales son similares a los causados por los efectos del calentamiento global[1][2][3].
Los principales cambios en la superficie terrestre que afectan al clima son la deforestación (especialmente en las zonas tropicales),[4][5][6][7][8] y la destrucción de praderas y bosques xéricos por sobrepastoreo o falta de pastoreo. Estos cambios en el paisaje natural reducen la evapotranspiración, y por tanto el vapor de agua, en la atmósfera, limitando las nubes y las precipitaciones. Se ha propuesto, en la revista Atmospheric Chemistry and Physics, que las tasas de evaporación de las zonas boscosas pueden superar a las de los océanos, creando zonas de baja presión, que potencian el desarrollo de tormentas y precipitaciones mediante el reciclaje de la humedad atmosférica. [El Instituto Americano de Ciencias Biológicas publicó un artículo similar en apoyo de este concepto en 2009[10]. Además, con la deforestación y/o la destrucción de los pastizales, la cantidad de rocío cosechado (o condensado) por las plantas disminuye enormemente[11][12][13] Todo esto contribuye a la desertificación en estas regiones.